Hoy 9 de septiembre hacemos un llamado al Estado para que garantice los derechos de sus habitantes, a las comunidades y organizaciones sociales para que no caigan en el juego de perder la esperanza frente a la exigibilidad de sus DDHH, estos son universales, inalienables, imprescriptibles, indivisibles e irrenunciables y el Estado, los gobiernos y las instituciones tienen la obligación de garantizarlos.
Hoy más que nunca necesitamos de la unidad social y ciudadana en defensa de los DDHH y de las personas que luchan por su defensa, hoy debemos revivir la esperanza y motivar el espíritu democrático y humano que reivindica las causas de vivir en dignidad, con la alegría de contar con un Estado, un gobierno y un sistema institucional que los proteja y les garantice su goce efectivo.
Que viva la causa de los DDHH.